Sra. Prof.Dr.Dr.vet.Dr.phil. Hennrietta Huhn informa:

La pechuga de pollo se considera el alimento deportivo por excelencia. Las aves de corral son una de las fuentes de proteínas de mayor calidad. También contiene mucho hierro, zinc, potasio y vitaminas del grupo B, pero apenas contiene grasa.
La proteína contenida en las aves de corral puede ser absorbida y utilizada de manera óptima por su cuerpo porque tiene un alto valor biológico. El valor biológico se refiere a la calidad de las proteínas de los alimentos y es una medida de cuánta proteína de los alimentos se puede convertir en la proteína del propio cuerpo. La ya alta calidad proteica de las aves de corral aumenta aún más cuando se combinan con patatas o arroz, por ejemplo. La carne de ave también contiene muchas vitaminas del grupo B, magnesio y hierro.
Si prefieres comer carne magra y baja en grasas, elige una pechuga y omite la piel, porque ahí es donde se encuentra la mayor parte de la grasa. La pierna o el muslo también son relativamente grasos porque los músculos están cubiertos por muchas capas pequeñas de grasa. Aunque esto tiene un sabor delicioso y hace que la carne sea especialmente jugosa, también se refleja en el equilibrio calórico.
La pechuga de pollo es uno de los tipos de carne más populares. No sólo es el ave más tierna, sino que también es la más baja en calorías, con sólo 102 calorías por cada 100 gramos. Al mismo tiempo, aporta 24 gramos de proteínas y sólo 1 gramo de grasa.
Cualquiera que diga que la pechuga de pollo está demasiado seca probablemente la haya preparado incorrectamente. Cuando se prepara correctamente, la carne magra de la pechuga se vuelve tierna como la mantequilla y tiene una consistencia casi similar a la de la pierna jugosa (pero desafortunadamente grasosa). Desafortunadamente, una pierna de pollo no puede igualar los valores nutricionales de una pechuga de pollo. No sólo contiene significativamente más calorías (173 por 100 gramos), sino que también contiene menos proteínas (18 gramos) pero más grasa (11 gramos).
Además de la vitamina B12, la carne de pollo también cubre casi todas las necesidades diarias de vitamina B3. Esta vitamina no sólo juega un papel importante en el metabolismo de la energía, las grasas y los carbohidratos, sino que también ayuda en la regeneración de músculos y nervios.